Nuestros huevos son más apetecidos a la hora de la preparación gastronómica en toda clase de recetas, porque son ricos en vitaminas y proteínas. Se conservan en un lugar fresco y seco logrando mantener por más tiempo su calidad, consistencia y firmeza de las claras del huevo, y contiene proteínas de alto valor biológico, siendo un estándar de referencia en los estudios de nutrición.
Nuestros huevos aportan gran cantidad de proteínas y vitaminas A, vitaminas del complejo B, vitaminas D y vitaminas E, así mismo aportan minerales “fosforo, hierro, zinc, entre otros”, logrando cubrir gran parte de la alimentación diaria de nutrientes.
Es uno de los productos de alto consumo en los hogares, también se utiliza como un ingrediente esencial en industria: hotelera, panadera, lácteos, confitería, heladería, salsas y comida preparada y precocida. El huevo de calidad aporta grandes propiedades de adhesión, sabor, anti cristalización, genera volumen y altura en la preparación de los productos, de igual forma brinda estabilidad en la mezcla de los productos, logrando generar una excelente experiencia al consumidor.
El huevo fresco se conoce por su cascara, siendo más áspera y opaca, su clara es limpia, translucida y gelatinosa, mientras que el huevo viejo, es más liso, brillante y su yema pierde consistencia y se desparrama.
